martes, 9 de abril de 2013

El Huevo Dorado

Una ves me encontré un huevo dorado, estaba entre la maleza y entre medio de ramas y hongos, lo vi y supe inmediatamente que era especial, estaba algo sucio y por eso nadie mas lo había visto. Al principio pensé que no necesitaba tenerlo, después de todo que sea dorado no es que sea algo muy importante para mi. Pero después de pensarlo mas y porque justo lo encontré en un momento especial de mi vida lo recogí y me lo lleve. 

Recorrí un largo camino -estaba buscando mi hogar- y me di cuenta que el huevito se fue limpiando con cada aventura que tenía, a veces encontraba lobos que me decían muy muy al oído que mi huevo dorado era tan común como algunos que ellos tenían, pero a mi ya no me importaba porque ya no era un huevo dorado cualquiera, fue el que yo elegí y lo quería, en otras oportunidades fueron los ratones, los que querían que viera mas aya de mis manos, decían que para poder volar había que estar lo mas descargado posible y que, para mi, mi huevito era un peso insoportable para poder emprender el vuelo, pero -Que van a saber los ratones de volar!- así que cerré los dedos y comencé a pensar en donde enterrar mi huevito para que siempre estuviese conmigo, así tal ves algún día creceríamos tanto que no necesitaríamos volar. 

Paso mucho, mucho tiempo, y mi huevo no solo se convirtió en el huevo mas dorado de toda esa tierra, si no que también comenzó poco a poco a abrirse, lo espere ... siempre supe que eso pasaría, así que lo esperaría todo lo que necesitase ....y como todos saben, siempre hay que tenerle mucha paciencia a los huevitos... hasta que un día, el huevo dorado se abrió. -Que maravilla! mi querido huevo dorado se ha abierto y es mio!, que felicidad mas grande!- , tanta espera había logrado sus frutos, y de ahí solo maravillas podían aparecer del huevito mas dorado y mas preciado de este mundo.... fue lo que yo creí.

No bastaron ni dos semanas, para que sapos, aves, ratones y hasta los lobos quisieran ver lo que había surgido del huevo dorado, al principio no puedo negar que me gustó, quería que todos pudieran conocer y ver lo que mi huevo dorado se había convertido, yo siempre supe que era especial y ahora todos podrían comprobarlo. Pero hay que tener cuidado con las cosas especiales, si se esconden dejan de brillar y si se muestran dejar de ser de uno. 

Al final, me di cuenta que ya no tengo mi huevo, él vuela solo, delante mio, siempre cuidandome ...añorando las aventuras que tuvimos y el cariño que le tengo, pero ya no es mio, ya no me pertenece como antes, no me necesita... es tan especial que no me necesita y yo soy tan poco especial que la única cosa que hice fue mirar al suelo en el momento adecuado, cuando cualquiera pudo haberlo hecho.

Ojala en algún momento encuentre mi hogar ....






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